La mayoría de tucumanos que suelen transitar por el microcentro, reconoce al “señor que vende resaltadores” en la puerta de la Facultad de Derecho de la UNT y muchas otras instituciones educativas. Hugo Arias se pasa horas y horas ofreciendo lapiceras y resaltadores para juntar un poco de dinero para su familia.
Volvieron a asaltar al hombre que vende resaltadores en las facultadesHugo tiene 82 años y hace más de 50 que trabaja en la calle. Hace unos días sufrió el segundo robo en lo que va del año. Los delincuentes se llevaron la mercadería que tenía, la recaudación y además lo golpearon.
Ante esta situación y por el cariño que se ganó “Don Hugo”, los estudiantes de la facultad juntaron donaciones para ayudarlo. Y, para entregarlas, lo invitaron a comer.
“Ayer estuvimos todo el día recibiendo donaciones y lo esperamos para almorzar pero no llegó, después nos enteramos de que estaba trabajando en otras zonas. A la tarde, nos fue a buscar en la facultad y fuimos todos juntos a cenar”, contó Antonella Aragón.
Eligieron un bar que está en la cuadra de la Facultad de Derecho y la comida elegida por Hugo fue una pizza “porque le gusta con mucho queso”.
“Él nos quería pagar la comida por la ayuda que le dimos, pero no íbamos a dejarlo”, aseguró Aragón. “No podía creer el cariño de la gente y nos dijo que lo que nosotros hacíamos le daba fuerzas para seguir trabajando. Tiene cinco hijos y una tiene una discapacidad. Dos de sus hijos trabajan, pero en negro”, continuó.
Hugo recibe una jubilación, pero aun así no le alcanza y debe salir a trabajar. Los chicos lo ayudan porque “el honra su trabajo”.
“La primera vez que lo asaltaron, le robaron mucha plata en mercadería y nos contó que desde el gobierno le habían prometido una ayuda para recuperar el dinero, pero nunca le llegó”, comentó Aragón que dijo que lo vio indignado y triste por la situación.
Lo que los delincuentes quizá no saben, es que Hugo los conoce muy bien. “Se quejaba de que los detienen y después los dejan en libertad; a veces hay chicos que lo molestan y entre los alumnos tenemos que hacer que se vayan”, confesó la joven.
Unidos por la misma causa
Mariano Villafuerte, se enteró de la situación de Hugo por una nota publicada en LA GACETA. “Yo me contacté con ellos para colaborar, al igual que mucha otra gente”, contó. “Le preguntamos por qué sale a vender y dice que es porque lo mantiene vivo y le gusta el cariño de la gente, porque lo conocen hace años”, agregó.
Los jóvenes tenían las donaciones en la facultad, esperaron a que Hugo terminara de cenar para entregar todo lo que recaudaron. “Compartimos la cena con él y en el bar lo conocían todos, lo saludaron todos los mozos. Estaba muy contento y sorprendido”, recordó Villafuerte.
Cuando Hugo tomó conciencia de las cosas que los chicos habían juntado para él les dijo que tiene la fe en que “hay mucha más gente buena que mala y no hay que bajar los brazos”.
La última vez que le robaron, también fueron unos delincuentes que conocen la cantidad de mercadería que lleva por día. “Los chicos que le robaron lo conocen, porque hay días que lleva más mercadería que otro, y cuando le robaron tenía mucha. El lleva lo que necesita depende el día porque tiene la experiencia de los años en la calle”, explicó Villafuerte.
“Él nos pidió que necesita útiles para vender, y así administrar él la plata y obtener lo que necesita”, continuó.
Ayer, cuando terminó la cena los chicos hablaron con un taxista para que lleve a Hugo con las donaciones hasta su casa. “El taxista nos dio su número de teléfono para avisarnos cuando Don Hugo llegara a su casa, porque él no tiene celular. Le dejamos la plata para el taxi aunque nos costó que la acepte”, concluyó Villafuerte.
Debido a la magnitud que tuvo la causa, la gente también ayudo a la familia de Hugo. El proyecto que recibe las donaciones se llama Sinergia y van a continuar con la recepción en 25 de mayo 474 de 10 a 20. Deben dejar las donaciones en la mesa de la agrupación Reformista, que es un proyecto de la Secretaría Interna de Extensión Universitaria.